


Porque pertenezco a un país donde la viveza es la moneda que es valorada tanto o más que un guaraní.
Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo, basada en valores y respeto a los demás.
Pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir, poniéndolos en máquinas en las banquetas, donde uno paga por un solo ejemplar y saca un solo periódico dejando los demás en donde están.
Pertenezco a un país en donde las empresas privadas y secretarías de Estado son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa como si tal cosa hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores y todo lo que les falta sea para la tarea o para las escuelas de sus hijos.
Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfar si consigue robarse la energia eléctrica de la ANDE.
Un país donde la gente inventa, a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda, para no pagar o pagar menos impuestos.
Pertenezco a un país donde la impunidad es un hábito, en donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano, en donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclaman al Gobierno por no dar mantenimiento a las avenidas.
Un país en donde no existe la cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria de la política, no hay interés por la economía, porque solamente interesa Roque Santacruz y la selección paraguaya.
Un país donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año y cobran todos los demás como si fueran altos ejecutivos.
Pertenezco a un país donde las licencias de conducir, los certificados médicos, la residencia paraguaya e incluso hasta la ciudadanía se pueden comprar sin hacer ningún tipo de examen. Pertenezco a un país donde puede subir una persona de edad muy avanzada, o una mujer con el niño en brazos, y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas se hace que está durmiendo para no dárselo, y si alguien le reclama se levanta para darle un golpe o decirle una mala palabra.
Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón.
Un país en donde la gente está llena de faltas, pero disfruta criticando a los gobernantes y los políticos. Mientras más le digo ladrón a Nicanor mejor soy yo como persona, a pesar de que solo ayer compré discos y ropa piratas. Mientras más le digo falso a Lugo, mejor soy yo como paraguayo o paraguaya.
¡BASTA!
¡YA BASTA, POR FAVOR, YA BASTA!
Como materia prima de un país tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita, porque esos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, más que Nicanor o que Lugo, es lo que francamente tiene cansado al Paraguay.
Lo siento mucho porque, aunque Lugo renuncie, el próximo que le siga tendrá que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor porque, en lugar de tomar nuestros destinos en nuestras manos, tranquilamente estamos esperando que alguien nos señale un camino destinado.
Tenemos que erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo y después comenzar a cambiar nosotros solitos como paraguayos.
Por eso es que nadie servirá. Ni sirvió Rodriguez, ni sirvió Wasmosy, ni sirvió Nicanor,ni tampoco va a servir lo que venga. ¿O qué? ¿Necesitamos traer un dictador para que nos haga cumplir la ley a la fuerza y por medio del terror y del miedo?
Aquí hace falta otra cosa, algo más inteligente que cacerolazos, paros, bloqueos y palos. Y mientras esa otra cosa no empiece a surgir de abajo hacia arriba, o de arriba para abajo, del centro a los lados, como sea, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados, igualmente cansados.
Y no importa para dónde te vayas. Así te vayas para Europa, para Canadá, para Estados Unidos, donde quiera que vayas siempre llevarás a Paraguay dentro de ti. Si no cambias tu forma de pensar, estés donde estés, seguiremos igualmente pobres e ignorantes.
Porque es muy sabroso ser paraguayo y vivir a lo paraguayo, pero cuando esa paraguayidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como nación, ahí la cosa cambia. Ya que un nuevo presidente con los mismos paraguayos tampoco podrá hacer nada.Siempre le vamos al débil o al desvalido por lástima, porque nos sentimos igual de pequeños.
Fiesta nacional por un segundo lugar. Héroes nacionales a quienes ganan algo, porque nosotros mismos jamás creemos que vamos a ganar nada. Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros porque los nuestros son muy escasos.
Admiramos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente tolerantes con el fracaso: telenovelas, baila por cualquier sueño o cualquier vyrorei. Es la industria de la disculpa y la estupidez.No nos damos cuenta de que en lugar de buscar nuevos mercados y apoyar al interno estamos esperando inmóviles que China nos arrase. En 25 años China será la potencia mundial y en Paraguay no habrá empleos para nuestros hijos. Pero somos un pueblo de malas copias que no creamos nada original. Fíjense cómo somos los paraguayos: regalamos energia eléctrica e importamos combustibles caro. Pero ¡viva la soberanía! Pobres y jodidos, pero muy soberanos.
Después de este mensaje, francamente he pensado en buscar al responsable. No para castigarlo sino para exigirle. Sí, exigirle que mejore su comportamiento y no se haga que la Virgen de Caacupe le habla. He decidido buscar al responsable de que Paraguay esté fregado y estoy seguro de que lo voy a encontrar esta tarde cuando me vea en el espejo. Ahí estará, no necesito buscarlo en otro lado. Y le voy a exigir, le voy a suplicar si es necesario, que me ayude a hacer un Paraguay mejor!!!
Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo, basada en valores y respeto a los demás.
Pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir, poniéndolos en máquinas en las banquetas, donde uno paga por un solo ejemplar y saca un solo periódico dejando los demás en donde están.
Pertenezco a un país en donde las empresas privadas y secretarías de Estado son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa como si tal cosa hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores y todo lo que les falta sea para la tarea o para las escuelas de sus hijos.
Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfar si consigue robarse la energia eléctrica de la ANDE.
Un país donde la gente inventa, a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda, para no pagar o pagar menos impuestos.
Pertenezco a un país donde la impunidad es un hábito, en donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano, en donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclaman al Gobierno por no dar mantenimiento a las avenidas.
Un país en donde no existe la cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria de la política, no hay interés por la economía, porque solamente interesa Roque Santacruz y la selección paraguaya.
Un país donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año y cobran todos los demás como si fueran altos ejecutivos.
Pertenezco a un país donde las licencias de conducir, los certificados médicos, la residencia paraguaya e incluso hasta la ciudadanía se pueden comprar sin hacer ningún tipo de examen. Pertenezco a un país donde puede subir una persona de edad muy avanzada, o una mujer con el niño en brazos, y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas se hace que está durmiendo para no dárselo, y si alguien le reclama se levanta para darle un golpe o decirle una mala palabra.
Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón.
Un país en donde la gente está llena de faltas, pero disfruta criticando a los gobernantes y los políticos. Mientras más le digo ladrón a Nicanor mejor soy yo como persona, a pesar de que solo ayer compré discos y ropa piratas. Mientras más le digo falso a Lugo, mejor soy yo como paraguayo o paraguaya.
¡BASTA!
¡YA BASTA, POR FAVOR, YA BASTA!
Como materia prima de un país tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita, porque esos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, más que Nicanor o que Lugo, es lo que francamente tiene cansado al Paraguay.
Lo siento mucho porque, aunque Lugo renuncie, el próximo que le siga tendrá que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor porque, en lugar de tomar nuestros destinos en nuestras manos, tranquilamente estamos esperando que alguien nos señale un camino destinado.
Tenemos que erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo y después comenzar a cambiar nosotros solitos como paraguayos.
Por eso es que nadie servirá. Ni sirvió Rodriguez, ni sirvió Wasmosy, ni sirvió Nicanor,ni tampoco va a servir lo que venga. ¿O qué? ¿Necesitamos traer un dictador para que nos haga cumplir la ley a la fuerza y por medio del terror y del miedo?
Aquí hace falta otra cosa, algo más inteligente que cacerolazos, paros, bloqueos y palos. Y mientras esa otra cosa no empiece a surgir de abajo hacia arriba, o de arriba para abajo, del centro a los lados, como sea, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados, igualmente cansados.
Y no importa para dónde te vayas. Así te vayas para Europa, para Canadá, para Estados Unidos, donde quiera que vayas siempre llevarás a Paraguay dentro de ti. Si no cambias tu forma de pensar, estés donde estés, seguiremos igualmente pobres e ignorantes.
Porque es muy sabroso ser paraguayo y vivir a lo paraguayo, pero cuando esa paraguayidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como nación, ahí la cosa cambia. Ya que un nuevo presidente con los mismos paraguayos tampoco podrá hacer nada.Siempre le vamos al débil o al desvalido por lástima, porque nos sentimos igual de pequeños.
Fiesta nacional por un segundo lugar. Héroes nacionales a quienes ganan algo, porque nosotros mismos jamás creemos que vamos a ganar nada. Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros porque los nuestros son muy escasos.
Admiramos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente tolerantes con el fracaso: telenovelas, baila por cualquier sueño o cualquier vyrorei. Es la industria de la disculpa y la estupidez.No nos damos cuenta de que en lugar de buscar nuevos mercados y apoyar al interno estamos esperando inmóviles que China nos arrase. En 25 años China será la potencia mundial y en Paraguay no habrá empleos para nuestros hijos. Pero somos un pueblo de malas copias que no creamos nada original. Fíjense cómo somos los paraguayos: regalamos energia eléctrica e importamos combustibles caro. Pero ¡viva la soberanía! Pobres y jodidos, pero muy soberanos.
Después de este mensaje, francamente he pensado en buscar al responsable. No para castigarlo sino para exigirle. Sí, exigirle que mejore su comportamiento y no se haga que la Virgen de Caacupe le habla. He decidido buscar al responsable de que Paraguay esté fregado y estoy seguro de que lo voy a encontrar esta tarde cuando me vea en el espejo. Ahí estará, no necesito buscarlo en otro lado. Y le voy a exigir, le voy a suplicar si es necesario, que me ayude a hacer un Paraguay mejor!!!